En las calles de Barcelona, un proyecto silencioso pero profundamente significativo está dejando una huella imborrable: las Stolpersteine, o «piedras que hacen tropezar». Estas pequeñas placas de latón, incrustadas en el pavimento frente a las últimas residencias conocidas de las víctimas del nazismo, son un recordatorio tangible de las vidas truncadas por el Holocausto. En Barcelona, el proyecto no solo honra a los deportados, sino que también involucra a la comunidad educativa en un esfuerzo por preservar la memoria histórica y educar a las nuevas generaciones.
Origen del proyecto Stolpersteine: Un memorial descentralizado
El proyecto Stolpersteine fue concebido en la década de 1990 por el artista alemán Günter Demnig como una respuesta a la necesidad de conmemorar a las víctimas del régimen nazi de una manera personal e inmediata. A diferencia de los grandes monumentos conmemorativos, las Stolpersteine son pequeñas piedras de hormigón de 10×10 cm, cubiertas con una placa de latón que lleva inscrito el nombre, las fechas de nacimiento, exilio, deportación y el destino final de una víctima, indicando si murió o sobrevivió. Estas piedras se colocan frente a la última residencia conocida de la persona, integrando la memoria en el tejido cotidiano de las ciudades.
Desde su inicio en Colonia en 1990, para conmemorar el 50º aniversario del «Decreto de Auschwitz» que ordenó la deportación de los sinti y roma, el proyecto ha crecido exponencialmente. Hoy, con más de 85,000 piedras colocadas en 20 países, las Stolpersteine honran a judíos, republicanos españoles, gitanos, homosexuales, discapacitados y otros perseguidos por el nazismo. En Barcelona, este proyecto ha encontrado un eco particular, dado el contexto histórico de la ciudad, donde muchos de los deportados eran republicanos españoles que huyeron a Francia tras la Guerra Civil y fueron capturados por los nazis.
Implementación en Barcelona: Un esfuerzo colectivo
El proyecto Stolpersteine llegó a Barcelona en 2021, impulsado por la Concejalía de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con las asociaciones Amical de Mauthausen y Amical de Ravensbrück. Estas organizaciones, dedicadas a preservar la memoria de los campos de concentración nazis, han trabajado incansablemente para documentar las historias de los barceloneses deportados. El proyecto se distingue por su enfoque educativo, integrado en el programa ApS (Aprendizaje y Servicio Comunitario), que involucra a estudiantes de 4º de ESO y 1º de Bachillerato en la investigación de las biografías de las víctimas.
En su primera edición en 2021, se colocaron nueve Stolpersteine en diferentes distritos de la ciudad, marcando el inicio de un esfuerzo por recuperar la memoria de los deportados. Para el curso 2022-2023, el proyecto se expandió a nueve institutos, y en 2023-2024, cinco institutos adicionales participaron en la colocación de 10 nuevas piedras. Las Stolpersteine se encuentran ahora en distritos como Ciutat Vella, Gràcia, Horta-Guinardó, L’Eixample, Les Corts, Nou Barris, Sant Andreu, Sant Martí, Sants-Montjuïc y Sarrià-Sant Gervasi, asegurando que la memoria de las víctimas esté presente en toda la ciudad.
Historias que dan vida a las piedras
Cada Stolperstein cuenta una historia única, conectando a los transeúntes con las vidas de aquellos que sufrieron bajo el nazismo. En Barcelona, dos ejemplos destacados son las historias de Eliseu Villalba Nebot y Joan Font Ribas, cuyas vidas reflejan el trágico destino de muchos republicanos españoles.
Nombre | Nacimiento | Ubicación de la Stolperstein | Historia |
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Eliseu Villalba Nebot | 4 de abril de 1905 | C/ Ferlandina, 65, Ciutat Vella | Militante de ERC, subdirector del Mercat del Ninot, luchó contra el golpe de Franco, exiliado en Francia, deportado a Mauthausen y Gusen, liberado en 1945, murió en accidente en 1977. |
Joan Font Ribas | 18 de septiembre de 1908 | Gràcia (ubicación exacta no especificada) | Exiliado en Francia tras la Guerra Civil, internado en campo de refugiados, capturado por los alemanes, deportado a Mauthausen en 1940. |
- Eliseu Villalba Nebot: Nacido en el barrio de Poble-sec, Villalba fue un miembro activo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y ocupó el cargo de subdirector del Mercat del Ninot. Tras el golpe de Franco en 1936, se exilió a Francia, donde fue arrestado por la Gestapo y deportado a los campos de Mauthausen y Gusen. Sobrevivió a las duras condiciones de los campos y fue liberado en 1945, pero su vida terminó trágicamente en un accidente automovilístico en 1977. Su Stolperstein, la primera colocada en Barcelona, se encuentra en la calle Ferlandina, 65, en Ciutat Vella. La ceremonia de colocación, celebrada en 2021, contó con la presencia de familiares, amigos y estudiantes del Instituto Infanta Isabel d’Aragó, quienes investigaron su biografía.
- Joan Font Ribas: Nacido en 1908 en Barcelona, Font Ribas huyó a Francia tras la derrota republicana en la Guerra Civil. Internado en un campo de refugiados, fue capturado por el ejército alemán y deportado a Mauthausen el 13 de diciembre de 1940. Su Stolperstein, ubicada en el distrito de Gràcia, es un testimonio de la resistencia y el sufrimiento de los republicanos españoles que enfrentaron tanto el franquismo como el nazismo.
Estas historias, investigadas por estudiantes con el apoyo de las asociaciones Amical, no solo honran a las víctimas, sino que también educan a la comunidad sobre las consecuencias de la intolerancia y la persecución.
Expansión y planes futuros
El proyecto Stolpersteine en Barcelona es parte de un esfuerzo más amplio en Cataluña, donde ya se han instalado más de 500 piedras. En 2020, se reportaron 184 Stolpersteine en la región, y para 2025, el gobierno catalán planea aumentar este número a 678, con 127 nuevas piedras programadas para ser colocadas entre febrero y diciembre de 2025 en 28 municipios, incluyendo Barcelona (Catalonia Stolpersteine Expansion). En Barcelona, la participación de más escuelas y la colaboración continua con las asociaciones aseguran que el proyecto siga creciendo, llevando la memoria de las víctimas a nuevos distritos y generaciones.
Impacto y significado: Una memoria viva
El proyecto Stolpersteine en Barcelona trasciende la simple colocación de placas; es un acto de memoria colectiva que une a la comunidad en torno a la historia. Al involucrar a estudiantes en la investigación y colocación de las piedras, el proyecto fomenta una conexión profunda con el pasado, enseñando no solo hechos históricos, sino también valores de empatía y responsabilidad cívica. Los actos de colocación, como el de Eliseu Villalba Nebot, se convierten en eventos comunitarios que reúnen a familiares, educadores y ciudadanos, todos comprometidos con el recuerdo de las víctimas.
A diferencia de los grandes monumentos, las Stolpersteine son discretas pero poderosas, integradas en la vida cotidiana de la ciudad. Al «tropezar» con estas piedras, los transeúntes son invitados a detenerse, leer y reflexionar sobre las vidas que representan. Este enfoque micro-memorial, como lo describe Günter Demnig, contrasta con los grandes complejos conmemorativos, haciendo que la historia sea accesible e inmediata.
Un legado para el futuro
El proyecto Stolpersteine en Barcelona es un testimonio del poder de la memoria colectiva. Al honrar a las víctimas del Holocausto, especialmente a los republicanos españoles que sufrieron bajo el nazismo, el proyecto no solo preserva sus historias, sino que también educa a las nuevas generaciones sobre la importancia de la tolerancia y la justicia. Con planes para expandirse en 2025, Barcelona continúa siendo un faro de memoria histórica, asegurando que las vidas rotas por el odio nunca sean olvidadas. En cada piedra, hay una historia; en cada historia, una lección para el futuro.
Este artículo ha sido redactado y/o validado por el equipo de redacción de Revista Rambla.